Mi primera consola fue una NES, me la regalaron unas navidades junto con el fabuloso Soccer. Aún la tengo en su caja, en un armario bajo la tele de mis padres. Su popularidad mundial, su condición de hogar de otros mitos como Super Mario y su longevidad (se vendió desde 1983 hasta 1996) hacen de la Nintendo Entertainment System un meme de plástico gris. Pues bien, en los foros de Benheck un tipo ha mostrado un curioso metahack: introducir un emulador de NES en un cartucho original de NES.

Lo curioso es que un objeto del tamaño de un cartucho en 1983 sea hoy más grande que una consola portátil. Las tarjetas de memoria tienen el tamaño de una uña de niño y podrías meter en una de ellas todos los juegos producidos para la NES en una docena de años.

Via MAKE:blog