Descuartizar un ordenador es como hacer la matanza: cualquier parte se puede aprovechar. Que si con un disco duro que no funciona me hago un altavoz, que si con la lectora de CDs que ya no lee bien me hago un pompero; y claro, con las piezas que funcionan y alguna más me monto un ordena y lo meto en algún recipiente al que le pueda coger más cariño que la insulsa caja gris.

¿Y con la caja qué? Pues, sinceramente lo mejor que puedes hacer es bajarla a la calle el día de la recogida de voluminosos para que se la lleven los gitanos y la vendan al peso. En serio, aunque también puedes intentar darle otro uso, si tienes el día inspirado. Todas las soluciones que hemos podido experimentar en obsoletos o hemos visto por Internet son de una inmediatez apabullante y, al menos en mí, todas acaban produciendo una sonrisa.

Mi preferida es la caja parrilla, un clásico que lleva circulando por Internet desde hace un tiempo.

Creo que esto pelea duramente con el generador de números aleatorios de paaq por el primer puesto en el ranking de hacks menos tecnológicos.

En nuestro estudio hemos experimentado con la capacidad portante de las cajas, las hemos convertido en estanterías, vamos. Parece que están hechas a propósito para colgarse, igual es así y todo. Basta con quitarle las tapas laterales y aprovechar la estructura de la caja para que apoye sobre los tornillos o las alcayatas.

Luego hay veces que durante el proceso aparecen soluciones inesperadas que acaban siendo a las que más valor le concedes, quizás únicamente por la sorpresa. Mientras estábamos montando las estanterías en el estudio manu, que tiene el cepillo de dientes en el estudio, se sacó de la manga un sujetacepillos con el soporte de la disquetera.

Uno de estos es el cepillo de dientes del manu, de los demás no conocemos propietario.

Pero ten cuidado que luego encuentras una solución, como la de las estanterías, tienes cuatro cajas de ordenador ocupando espacio y se te va la mano…

La estantería del centro contiene nuestro servidor de archivos Debian.