Un giro inesperado


Estando en los talleres de Ciudad Real uno de los chicos (creo que fue Carlos) nos preguntó que por qué los cables de las disqueteras tienen ese curioso giro en uno de sus extremos. Si has abierto algún ordenador seguro que ya te habrás fijado. Nosotros, claro, no teníamos ni idea de por qué es así, pero buscando y buscando paaq encontró esta entrada en PCGuide.

La entrada está en inglés, pero se explica realmente bien y resulta que hay una historia muy interesante detrás de todo esto, así que te recomiendo que acudas directamente a la fuente. De todos modos, intentaré hacer un resumen decente, por si la barrera idiomática o la pereza.

Como dicen en PCGuide, parece que se trate de un hack y, por lo visto, es realmente un hack que se ha convertido en estándar de facto con el paso del tiempo.

En principio, las disqueteras tienen un jumper que según donde se coloque las configura como «A:» o «B:». Por su parte, el ordenador usa una serie de señales especiales para decirles a las disqueteras con cuál de ellas está intentando comunicarse.

El giro, (twist en la foto) afecta a los cables 10 a 16. 11, 13 y 15 son conexiones a tierra y no transportan ninguna señal así que el giro les da más bien igual, pero los otros cuatro cables son precisamente los que llevan esas señales especiales que hemos comentado antes. Puedes ver cómo queda la cosa antes y después del giro en esta tabla:

Wire 10

Wire 12

Wire 14

Wire 16

En la placa base

Habilitar Motor A

Seleccionar disco B

Seleccionar disco A

Habilitar Motor B

En el conector antes del giro

Habilitar Motor A

Seleccionar disco B

Seleccionar disco A

Habilitar Motor B

En el conector tras el giro

Habilitar Motor B

Seleccionar disco A

Seleccionar disco B

Habilitar Motor A

Al invertirse las señales, el disco conectado después del giro responde de manera inversa a como debería. Si está configurado como disco «A:» responderá a los comandos del disco «B:» y viceversa.

Para la gente que trabajaba montando o reparando ordenadores este «hack» suponía un ahorro importante de tiempo, porque bastaba con tener todas las disqueteras con el jumper en la configuración «B:». Luego, según en qué conector se pusieran, el ordenador las reconocía automáticamente como disco «A:» o disco «B:» sin tener que andar cambiando jumpers de sitio.

Lo bonito de esta historia es que no sólo ese cable tan raro, con un giro cerca del final, se ha convertido en estándar. Con el tiempo, el hack penetró en otra capa de la industria y, gracias a eso, prácticamente todas las disqueteras que se producen salen de fábrica preconfiguradas como disco «B:» (y hubo un tiempo en que se fabricaban muchas disqueteras).