Cuando Cogollo consiguió resucitar la Wii con una fuente de alimentación de PC, recordé que la radio de la cocina de mis padres disfruta de un hackeo similar desde hace varios años:

Efectivamente, la radio se alimenta de corriente eléctrica por medio del adaptador de mi perdida Sega Game Gear. Bien sabe dios que el tal adaptador ha prestado mucho más servicio colgado del transistor que de la consola, de la que sólo tengo malos recuerdos de toneladas de pilas consumidas y una pantalla que hacía llorar.

No tengo ni idea de cuándo se nos ocurrió juntarlos, pero llevan más tiempo que Agag y Anita. Ni siquiera recuerdo a quién se le ocurrió la feliz idea. Pero este tipo de cosas acaban pasando de manera natural en familias con síndrome de Diógenes como la mía, que conservan docenas de cables y adaptadores por los cajones.

Lo curioso viene cuando he comprobado los voltajes indicados:

4,5 V en la radio…

… para 9 V que entrega el adaptador. Algunos aparatos son más flexibles que otros con esto de los voltajes, pero es fácil obtener el clásico chispazo-humillo-olorcillo, así que ya depende de ti el jugártela. Nosotros con la Wii no lo hubiéramos intentado.