Una tarde Pablo y yo nos fuimos a pasear por Chowpatty, la principal playa dentro de Mumbai. El plan era caminar por la arena hasta el final de la playa y luego meternos en Malabar Hill (uno de los barrios con más nivel económico de la ciudad) pero tras tres horas de paseo entendimos que aún no habíamos asimilado la escala de Mumbai.

Supongo que por ser la semana del 26 de enero (día de la República de la India) muchas calles estaban adornadas con luces y había puestos y atracciones de feria. Como podréis imaginar a estas alturas la variedad y complejidad de las atracciones no era mucha, pero tampoco parecía importarles. Entiendo que después de un viaje en el Dragón Khan un paseo en una noria de diez metros de altura no es muy excitante, pero si siempre has vivido en una casita en planta baja estar girando a diez metros de altura debe ser mucha tela.

Una noria para los más peques en el Dharavi. Foto de Pablo Rey.

Fue ahí, en la playa de Chowpatty, donde más atracciones juntas vimos. La más espectacular fue con diferencia la noria. No por su tamaño ni su diseño sino por su forma de girar. En lugar de motores dos personas trepaban ágilmente hasta la parte superior y se dejaban caer hasta el suelo agarrados a la estructura. Antes de decir «qué cutre» mira el vídeo, ya verás que caña cogía. En el otro vídeo se ve otra especie de mininoria horizontal impulsada también a mano.

¿A que molan? Todo esto fue en la zona de Chowpatty, pero como te decía al principio había ferias montadas en todas partes. La imagen de abajo, que es mi regalo de hoy, es una imagen de la noria más grande que vimos. Estaba dentro de un gran patio de manzana en el que los vecinos habían organizado sus fiestas. Prueba a proponer algo parecido en la próxima reunión de tu comunidad de vecinos y nos cuentas qué te han contestado.

Desde detrás de la noria, subido a un balcón, un tipo impulsa la atracción. Foto de Pablo Rey.