Obsoletos de hoy: los jubilados de Telefónica


Hubo un tiempo en España en que ser empleado de Telefónica tenía status propio. A la influencia sobre algo tan arcano como las redes telefónicas se añadía la seguridad laboral propia de un funcionario. El padre de skot se sacó la carrera mientras calentaba la silla de noche, además de aprender a encender cerillas con una sola mano. Pedro Almodóvar aprovechó su paso por la empresa para diseñar los personajes de sus primeras películas. En definitiva: Telefónica, en la mejor tradición española, fomentaba la creatividad y curiosidad de sus empleados por las vías de la desidia y el aburrimiento.

Hoy en día, los empleados de Telefónica son seres de mirada vacía que se levantan cuando yo me acuesto, se colocan su corbata y se van a trabajar al quinto carajo, en unos edificios sin despachos. Tienen un blog entre ciberpunk y postapocalíptico en el que relatan sus desventuras.

Sin embargo, los jubilados de Telefónica parecen haber salido de un anuncio de viajes: se les ve alegres, creativos. Hace tiempo que todos leemos, por ejemplo, el blog de Citesa, que era la empresa que fabricaba los teléfonos clásicos de color crema hace décadas, y está escrito por los antiguos empleados contando batallitas como cuando había que viajar a Hong Kong a hacerse cargo de la reparación de miles de teléfonos a los que se les había fundido la junta de la trócola, jaja, qué tiempos.

Bueno, pues ayer supimos de un grupo de cinco jubilados coruñeses que están intentando montar un museo de las telecomunicaciones, echándole tiempo libre para restaurar centralitas, arreglar teléfonos y conseguir aparatos.

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Félix Rodríguez ante la centralita que estaba en San Andrés; foto de Víctor Echave

Llevan en ello desde los años 90, cuando apreciaron que la renovación de los sistemas telefónicos arrasaría con centralitas, redes y sistemas que se concentrarían y deslocalizarían. Así que comenzaron a reunir aparatos para guardarlos en un rincón en la sede de Telefónica en La Coruña. Allí restauraron la centralita de la foto, fabricada en los años 30 y con la que hoy se puede llamar a cualquier teléfono. También guardan, por supuesto, teléfonos de todas las épocas, e incluso material de Iberpac, la red telemática de los años 70.

Los cinco colegas llevan años, también, intentando conseguir un escenario adecuado para su labor desinteresada. Que si la Universidad no tiene dinero, que si el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología -precisamente en La Coruña- no está construido, que si a mí me viene mal, que si mejor el martes… Así que allí siguen, luchando contra la obsolescencia e intentando documentarla. Por muchos años.

Artículos sobre el tema en La Voz de Galicia y en La Opinión de La Coruña, más completo y con galería de fotos.


4 respuestas a “Obsoletos de hoy: los jubilados de Telefónica”

  1. Cómo mola la inciativa de estos señores. Eso sí que es aprovechar el tiempo muerto para traer algo de nuevo a la vida

  2. Es cierto, a la gente que antes trabajaba en Telefónica se le trataba practicamente como personas que habían alcanzado con creces el éxito en la vida, mientras que ahora ese status social ha desaparecido completamente.

  3. OS me cuenta: He estado a primera hora con un buen amigo, directivo de una Caja de Ahorros y naturalmente político y le endiñé, la historia que me contaste sobre lo que podíamos hacer con el dinero de nuestras pagas. Por si no lo he dicho bien te la recuerdo, tú BW resumiendo decías: Somos 1.347.625 pensionistas en Andalucía, la pensión media es de 688,71€, que representan 928.122.813,75€ ¡¡al mes!!. Importe que manejan las entidades bancarias los días 25 de cada mes, CON NUESTRO DINERO. Si los acobardados y miserables pensionistas andaluces nos organizáramos, deberíamos saber que con este importe AL MES se puede tener nuestro propio banco y sería uno de los BANCOS MAS GRANDES DE ESPAÑA encima con la Garantía del Estado. Si lo tienen los Ingenieros, ¿por qué no, nosotros?. Otro gallo nos cantaría, en vez de quejarnos tanto. Preferimos ingresarlo en un banco cuyo dueño se llama nada menos que BOTÍN, vaya nombrecito para darle nuestro dinero.

    Al planteárselo al Financiero, me dice: “ TIENE DERECHO A GUARDAR SILENCIO, TODO LO QUE DIGA, PUEDE SER UTILIZADO EN SU CONTRA. “

    Naturalmente salí pitando de allí, porque estos mamones son capaces de complicarte el cobro mensual.