El fin de los corros de bolsa


Hace unas semanas se popularizó por internet un bello gráfico con las audiencias de los distintos medios de comunicación a través de los últimos dos siglos. Helo aquí:

De la era del mercado a la web 3.0
De la era del mercado a la web 3.0

Quede claro que el gráfico está enfocado al marketing, siendo algo así como un «¿dónde te vendría mejor  anunciar tu producto?» En todo caso, representa con bastante fidelidad cómo nos enteramos las personas de las cosas. Hace doscientos años, para la mayoría de la gente el mercado local era el método más eficaz para descubrir que los turcos le habían declarado la guerra a Prusia o que había muerto el rey. La comunicación era lenta y personal, regida tan sólo por la organización de la sociedad que la desarrolla. A partir de ahí, la tecnología: periódicos, radio, televisión, internet.

Claro, la cosa es un poco engañosa porque el objetivo del autor era predecir el futuro, por lo que el tiempo en esta gráfica no es lineal: ocupa tanto espacio el siglo XIX como los próximos diez años. Veamos la escala corregida:

Gráfica con escala temporal lineal
Gráfica con escala temporal lineal

En realidad, los cotilleos y los periódicos han dominado la comunicación en la mayor parte de los últimos doscientos años. Como cualquier turista europeo descubre cuando viaja a un país árabe, las habilidades convenientes en un mercado no tienen nada que ver con las necesarias para informarse mediante internet. De nada me sirve guiñarle un ojo a la pantalla de mi ordenador cuando quiero enterarme de lo que pasa con Gran Scala, y de nada me sirve desear con todas mis fuerzas pulsar control zeta cuando me cobran tres liras por un helado en Estambul.

Viene todo esto a cuento de que los corros han desaparecido definitivamente de la Bolsa de Madrid. La clásica imagen de los brokers gritando alrededor de una barandilla se ha perdido en apenas veinte años, desde que se implantaran los primeros sistemas informáticos de compraventa de valores. En los últimos años el dinero negociado en voz alta representaba menos del 1% del total de la institución. Se ponen fin así a 178 años de historia, desde que un grupo de comerciantes se reunió en la Puerta del Sol para tratar de vender y comprar, principalmente, deuda extraordinaria que los estados emitían en cada campaña bélica.

La Bolsa de Madrid en 1974, foto de su web
La Bolsa de Madrid en 1974, foto de su web

A finales de los 80 se produjo una gran reforma legal que afectó a los mercados de valores españoles. Los intermediarios hasta entonces, los agentes de cambio y bolsa, fueron sustituidos en sus funciones por las agencias de valores, y en su trabajo cotidiano con la implantación de los sistemas informáticos que trocaban el grito por pulsaciones de teclas.

Lo bueno es que los corros han sobrevivido al sistema que les asestó la primera estocada. El CATS, (Computer Assisted Trading Sistem) desarrollado por la Bolsa de Toronto en 1977, fue implantado en 1989 en la Bolsa de Madrid, pero al cabo de seis años la institución decidió crear su propio sistema, el SIBE, que hoy se usa en las cuatro bolsas españolas y algunas otras latinoamericanas.

Quede claro que el gráfico está enfocado al marketing, siendo algo así como un «¿dónde te vendría mejo

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