Rob Walker y Joshua Glenn llevan un tiempo estudiando las relaciones entre las personas y los objetos que les rodean. Ahora tienen un proyecto bastante ingenioso: Significant Objects, para explorar los sentimientos que proyectamos en los objetos económicamente carentes de valor.
La cosa funciona así: se compra cualquier objeto de poco valor en uno de esos mercadillos que los estadounidenses organizan en el jardín de su casa; puede ser cualquier cosa: un juguete, una figurilla decorativa, una pieza de menaje… A continuación, un escritor concibe y redacta la historia ficticia de ese objeto, aportando cualidades emotivas a productos que suelen ser objetivamente feos. Una vez hecho esto, el pack cosita+relato se vende en eBay. Y a ver cuánto pagan.
Este muñeco dispensador de caramelos Pez con cabeza de Pedro Picapiedra fue comprado por 50 centavos y vendido por 5’50 dólares. Su historia ha sido escrita por Claire Zulkey, y según ella, este objeto fue un regalo de San Valentín de un antiguo novio, tan feo que se quedó pensando que ya tenía excusa para cortar la relación. Sin embargo, el muñeco le recordaba a su padre, que abandonó la familia cuando ella tenía 17 años, en su expresión estúpida y en la forma de la cabeza. Así que se lo quedó, para recordar lo idiota que era su padre y no echarlo nunca de menos.
Esta historia ha multiplicado el valor de un dispensador de caramelos Pez por diez. Por supuesto, está por ver cuánto de ese precio corresponde al efecto hype de un proyecto novedoso como éste, pero es indudable que los valores económico y emocional de los objetos que nos rodean cada vez tienen menos que ver.
Significant Objects tiene formato de blog, en el que cada post corresponde a un objeto y contiene foto, historia y enlace para comprarlo por eBay. Como formato, muy práctico. Como proyecto, muy interesante. Y, como negocio, asombrosamente rentable.
2 respuestas a “Objetos significativos”
Me encanta esta entrada, esto es algo como… «Siento, luego existo».
Ufff, creo que sí tengo la «cabecita loca» ;-)Con estos calores, se me va… Jejeje
Felicidades por el blog, paaq!!!
En México siempre existe esta posibilidad que carguemos de significado y sobre todo sentimental a las cosas y cuando lo vendemos incrementamos el precio según el valor sentimental del objeto, ya sea que perteneció a alguien o el esfuerzo que implicó el obtenerlo