Obsoleto de hoy: Blake Fall-Conroy


Blake Fall-Conroy es un joven graduado en arte por la Universidad de Cornell (de la que hemos hablado recientemente) cuya obra merece hoy nuestra atención. Blake se dedica al arte conceptual con motivaciones sociales, y lo hace sin cortarse un pelo en cuanto a materiales o tecnologías. La mayor parte de sus piezas incluyen algún objeto recuperado de la basura, como el casco de First-Person Shooter.

A mí lo que más me ha gustado es 1+1=2, que juega con la dualidad digital-analógico: un alambre impulsado por un pequeño motor pulsa repetidamente la tecla «igual» de una calculadora, sumando 1 cada vez (al principio del todo se ha introducido la operación 1+1). Si en la pantalla de la calculadora aparece el número por la que va el sistema, un loop continuo de papel recoge las cifras una a una, impresas en tinta azul unas encima de otras, de manera que sólo cada vez que se alcanza un nuevo decimal se puede observar brevemente algo legible.

La batalla se plantea aquí entre la duración de las pilas, la de la tinta, o el límite de dígitos de la calculadora. Además, a mí me hace chiste la relación entre el motor -mecánico, metálico, regular- con la calculadora -electrónica, plástica, exacta- y es que asumimos que un motor es por su naturaleza rítmico, no tenemos por costumbre contar sus revoluciones, considerarlas individualmente. Esa misma naturaleza, más inhumana si cabe, está en el producto electrónico y sus cálculos, aunque lo usemos en una relación mucho más estrecha con nuestra cotidianeidad y otorguemos valor a las cifras que muestra la pantalla en cada momento. No vemos el LCD, vemos nuestros ahorros o los metros cuadrados de la casa.