Tenemos a Jeroen Domburg (Sprite) alojado en casa estos días con motivo de los talleres en Medialab Prado. Salía más barato que un hotel, la comida es mejor, y hay soldadores y destornilladores a mano.

Hemos podido comprobar que Sprite es un paladín del cacharreo, un maestro de la reutilización, un campeón de la electrónica. El domingo nos fuimos a echar una siesta, y cuando despertamos había esto sobre la mesa:

Se trata de un microcontrolador AVR enchufado a la pantalla LCD en color de un teléfono Siemens C60, a una pila y a un viejo ratón de bola. Básicamente, cuando mueves el ratón apretando el botón izquierdo, la trayectoria se dibuja en la pantalla; con el botón derecho cambias de color y pulsando los dos a la vez se resetea el dibujo. Asombroso. Eso sí, la precisión del ratón de bola deja algo que desear.

Se trata de un magnífico ejemplo de las posibilidades de los microcontroladores para la reutilización de aparatos obsoletos, que es justamente el tema del taller del que Sprite impartirá mañana la segunda y última sesión.

Pero ahí no quedó todo. Hoy Sprite se ha ido a pasear por Madrid en plan turista, y ha vuelto a casa con una pantalla TFT de quince pulgadas bastante maja ¿El problema? Un par de condensadores quemados ¿La solución? Sustituirlos por otros sacados de una fuente de alimentación ¿El resultado? Una pantalla TFT reparada.

Como le ha sobrado tiempo en el día, Sprite se ha dedicado también a revivir un viejo lector de códigos de barras que teníamos por casa. Hemos pasado todos los códigos de barras de la casa por la rojiza luz del aparato, que se conecta por el puesto del teclado y devuelve una cadena de caracteres cada vez que identifica un código. También hemos descubierto que puede leer códigos de barras mostrados en una pantalla recogida de la basura y reparada.

Y así ha transcurrido el día. Nosotros lo hemos pasado bien, pero espero que los coreanos nos tiren la bomba antes de que tengamos que recoger la mesa del salón.