Cuando la industria se encapricha de lo antiguo


maquina de escribir con teclado dhiatensor
Máquina de escribir con teclado DHIATENSOR. Al final del post sabrás qué carajo es esto. [foto de Ian Ruotsala]

Algo llevamos escrito en obsoletos.org sobre la obsolescencia planificada: esas conspiraciones de la industria en favor de su bolsillo que tienen como efecto colateral la aparición de refugiados tecnológicos en campos de obsolescencia (toma metáfora). Estamos de acuerdo en que las mentes al servicio de la industria son capaces de planificar los derroteros por los que caminarán sus productos, y los departamentos de obsolescencia planificada tienen sus recursos para hacer que sus inventos caminen exactamente hasta dónde quieren hacerlos caminar, y ni un paso más. En obsoletos.org no hacemos más que quejarnos de lo malicioso de estas prácticas. Pues hoy nada de eso. Hoy toca uno de esos casos en los que la industria se encapricha con lo antiguo y no deja lugar a la obsolescencia: el teclado QWERTY.

¿Cómo sino se explica que haya llegado hasta nuestros días? Esta distribución de teclado fue diseñada para los primeros prototipos comercializados, allá por 1867. Tenían severas limitaciones técnicas y no soportaban una velocidad de escritura demasiado rápida ya que las varillas que empujaban los tipos chocaban entre sí y se atascaban, así que hacía falta un teclado que ralentizase la escritura. Con el paso de los años las máquinas se perfeccionaron y fueron desterrando aquellas limitaciones, se inventaron sistemas que no dependían de las varillas. Era el momento de cambiar aquel tedioso teclado difícil de memorizar; casi cada fabricante lanzó entonces su modelo con distribución de teclado propia (el más conocido probablemente sea el DHIATENSOR o ideal). Habían pasado casi quince años desde la aparición del QWERTY, el tiempo más que suficiente para que muchas administraciones y compañías empezasen a usar las máquinas de escribir y consolidasen el QWERTY, y el sistema de varillas, como estándares de facto; el tiempo más que suficiente para que no fuese rentable invertir en enseñar una nueva técnica de escritura. Por así decirlo, el software representado en la capacidad de un humano limitó y sigue limitando al hardware, la máquina de escribir, cuando normalmente es al contrario.

Analizada un siglo después desde el punto de vista del rendimiento, la historia de la máquina de escribir, y por extensión del teclado del ordenador, es un cúmulo de despropósitos; está cargada de características heredadas sin lógica alguna. Podríamos decir que es el caso opuesto a la obsolescencia planificada, un how to que nos cuenta cómo engañar a la obsolescencia hasta tal punto que se convierte en un chiste.

Más o menos viene a ser lo que está pasando con los sistemas operativos para PC en la actualidad. Adivinad quién hace de QWERTY.

La coreografía de tropiezos que conforman la historia de la máquina de escribir se puede leer en una traducción al español de un texto de 1985 de Paul A. David: Cleo y la economía del teclado QWERTY.


Una respuesta a “Cuando la industria se encapricha de lo antiguo”

  1. yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!
    yo lo sé!

    (es güindus….que no?)