Obsoleto de hoy: Paho Mann


¿A dónde va la basura? Pues una parte importante, a nuestros cajones y armarios. Puede que los lectores españoles de este blog no alcancen a comprenderlo, pero esas casas americanas con garajes como pistas de tenis y habitaciones donde se puede bailar son reales, y esos sótanos donde los Simpson guardan la cabeza olmeca existen y son un agujero negro para los objetos obsoletos. Se calcula, de hecho, que la mayoría de la basura electrónica norteamericana tiene como destino inmediato… algún rincón dentro de la propia casa.

Paho Mann nació en Arizona en 1978 y actualmente da clases de fotografía en la Universidad de North Texas. Su obra artística marca los retazos de individualidad en los paisajes, urbanos y objetuales, que habitamos los ciudadanos del siglo XXI. Paho Mann lleva ocho años fotografiando cajones. Son la versión humilde de un sótano de casa americana. Todos tenemos algún cajón lleno de objetos presuntamente útiles como linternas, velas, gomas elásticas, clips, piezas de plástico de origen incierto, cerillas, chinchetas, alcayatas… estoy repasando de memoria el tercer cajón de la cocina de mis padres.

Será que, como acumulador compulsivo, tengo un gran cariño a los cajones y sus habitantes. Paho Mann concibe cada pequeño objeto guardado/abandonado como un pequeño matiz en la personalidad individual de cada uno de nosotros. Somos lo que guardamos en nuestros baúles. Lo decía Borges:

El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.

Lo descubrí en Core77