Si entras a la conserjería de la Facultad de Físicas a pedir algún tipo de carrito para transportar los cacharros desde el Zulo Autorrellenable al local de asociaciones, donde se realizará la primera sesión del taller, y te encuentras a la conserje de turno jugando a la GameBoy, esto impresiona. Y además va y nos responde que claro que ha visto el cohete gordo, ese que salía cuando te acababas el modo B.

Nuestra obsoleta de honor prefiere mantener el anonimato. Esperemos que nadie pueda reconocerla por las manos.

Si vas caminando hacia el despacho de nuestro contacto en la Facultad y te encuentras un aula con varios carteles que enuncian los principios y virtudes del Software Libre llenita de ordenadores último modelo con varios logotipos de Sun Microsystem cada uno, no tienes más remedio que dar rienda suelta a tu asombro y entrar para adentro. Hace varios años que tenemos en Físicas el Aula Sun nos cuenta la becaria pero no se ha abierto a los alumnos hasta hace poco menos de un año (ahí, potenciando el uso del Software Libre). Rápidamente entendimos el por qué de esta limitación. A mí me ha venido bien continúa porque en cualquier departamento de la facultad usan Linux pero en las prácticas de la carrera a los alumnos nos enseñan con Windows. Esto será algo a investigar mientras duren los talleres, pardiez. ¿A tanto llegan los estándares de facto? Supongo que hay datos que no tenemos o factores que se nos escapan, pero a mí me parece como si en los departamentos estuviesen investigando según el Modelo de Quarks y en las aulas solo les hablasen de protones y electrones.

Notas reutilizables para ausencias recurrentes. Idea de la becaria del Aula Sun digna de mención, muy en sintonía con la filosofía obsoletos.

La visita del lunes a la Facultad de Físicas tenía que ser un carrusel de sorpresas, una noria de ilusión, un circo ambulante de la tecnología; teníamos que impresionar divirtiendo, llamar la atención y conseguir seguidores para los próximos cinco viernes. Llevamos para ello nuestras mejores armas: la batería y el pompero; y por si aparecía alguien con ganas de algo más teórico, con ganas de teorizar sobre software libre (no pasó), pues también teníamos un ordena recuperado metido dentro de una caja de plástico de las fruterías con un Debian instalado (ya hablaré de esto en otra entrada). No sé si impresionamos, creo que sí que divertimos, pero en cualquier caso, de lo que sí estoy seguro, es de que quedamos más impresionados nosotros gracias a la conserje anónima y a la becaria del Aula Sun de la Facultad de Físicas.